El reciente giro de Max Verstappen, actual campeón de la Fórmula 1, probando un Ferrari 296 GT3 en Mugello, ha sido una sorpresa intrigante en el mundo del automovilismo. Este evento no fue un indicativo de un cambio de equipo para Verstappen, sino más bien un gesto amistoso hacia Thierry Vermeulen, hijo de su manager, y activo competidor en el automovilismo deportivo.
Verstappen tomó el volante del Ferrari 296 GT3 en Mugello como un favor hacia Thierry Vermeulen, un joven piloto activo en las carreras de sportscar. Esta experiencia fue una oportunidad para Verstappen de ofrecer consejos valiosos a Thierry, fortaleciendo los lazos dentro de su círculo cercano.

Explorando Horizontes Futuros
Además, Verstappen ha expresado su interés en explorar series de carreras fuera de la Fórmula 1 una vez que su contrato con Red Bull finalice después de 2028. Helmut Marko, jefe del programa de pilotos de Red Bull, ha predicho que Verstappen podría tener su propio equipo de carreras GT en el futuro, subrayando la pasión genuina de Verstappen por las carreras.
La participación de Verstappen en las pruebas de Ferrari en Mugello ha sido más que una simple práctica de manejo; ha mostrado su compromiso con el deporte motor más allá de la Fórmula 1 y su voluntad de apoyar y guiar a jóvenes talentos en el mundo del automovilismo. Su futura incursión en las carreras GT y la posible fundación de su propio equipo reflejan el espíritu de un verdadero corredor, siempre buscando nuevos desafíos y formas de contribuir al deporte que ama.
