El Autódromo de Caguas, conocido originalmente como Antilles Auto Racing Circuit, ocupa un lugar especial en la historia del automovilismo en Puerto Rico. Este circuito fue el escenario del prestigioso Gran Premio de Puerto Rico de 1962, un evento que marcó el inicio de una era dorada en el automovilismo puertorriqueño y que se llevó a cabo en los bosques y plantíos cerca de Caguas. El evento atrajo a 8,000 espectadores y vio al joven Roger Searle Penske convertirse en el primer y único campeón del “Commonwealth Trophy”.

Este evento formaba parte de una serie de carreras que se realizaban en el Caribe y Estados Unidos al final de la temporada europea. La carrera principal, celebrada el 11 de noviembre de 1962, fue dominada por Roger Penske en su controvertido Zerex Special, ganando la carrera de 246 kilómetros con una ventaja de tres vueltas sobre Timmy Mayer en un Cooper Climax y Dan Gurney en un Porsche 718 WRS.
El Gran Premio fue concebido como una joya del automovilismo caribeño, con la participación de 80 corredores, principalmente boricuas, que compitieron en diversas disciplinas a lo largo de ocho días. Entre ellos estaban figuras de renombre mundial como Phil Hill, Bruce McLaren, Pedro y Ricardo Rodríguez de la Vega, y Dan Gurney. Incluso el legendario Juan Manuel Fangio estuvo presente como mariscal. Sin embargo, la competición enfrentó desafíos, incluida la crisis de los misiles de Cuba y la muerte inesperada de Ricardo Rodríguez, lo que impactó la asistencia y el renombre del evento.
Hoy en día, poco queda del circuito de Caguas, que fue un campo de pruebas para talentos locales y pilotos internacionales hasta finales del siglo pasado. El área que una vez albergó la pista es ahora parte de la urbanización Parque del Monte, y queda poca evidencia física de su pasado automovilístico. Sin embargo, la historia del circuito sigue viva en la memoria de aquellos que lo vivieron. Luis Mariano Muñoz, historiador y documentalista automotriz, recuerda vívidamente el circuito como “la mejor pista que ha tenido Puerto Rico”, destacando su diseño único con cuatro niveles de altura y características como la “curva del mangó”
Después de 1962, las 3 horas Marlboro se convirtieron en el evento de automovilismo más prestigioso en Caguas, atrayendo a pilotos de todo el Caribe y ofreciendo una mezcla emocionante de velocidad y estrategia de resistencia.
El Autódromo de Caguas, aunque ya no existe, sigue siendo un emblema de los días gloriosos del automovilismo en Puerto Rico, recordado por su impacto en la cultura automovilística y su contribución al progreso industrial de Caguas.
